Las Provincias ha entrevistado a nuestros socios directores en su edición del domingo 23 de agosto. Destacando en el titular la frase “Siempre hemos tenido una relación muy sincera y muy noble”, Ignacio y Federico Varona abordan en esta entrevista de María José Carchano su relación personal y profesional al frente de Varona Legal & Numbers. En ella desgranan la evolución del despacho familiar que fundó su padre.
Federico Varona explica que “llevamos veinticuatro años trabajando juntos todos los días y hemos pasado por momentos malos, buenos y regulares, y la experiencia es muy positiva. No siempre pensamos lo mismo… Se soluciona hablando, diciendo cada uno lo que piensa, respetando al otro e intentando llegar a un punto de encuentro. Si empiezas una discusión pensando que vas a romper no llegas a nada. Al final siempre tienes que pensar que no hay un socio mejor, por eso tenemos que llegar a acuerdos”. Ignacio apunta, en el mismo sentido, que “somos muy diferentes… La gracia de la diferencia es positivizarla y hacerla complementaria”. Y, además, destaca valores más allá de la capacidad técnica: “Sin honradez, que va acompañada de confianza y solidaridad, no hubiéramos podido seguir juntos”.
También Ignacio Varona pone en valor las enseñanzas de su padre, resumidas en algunas frases: “hagas lo que hagas lo tienes que hacer bien… no quieras para ti lo que no quieras para los demás… esto es un trabajo de picar piedra, que por mucho que uno se magnifique tiene que estar aquí”.
En la entrevista, Federico Varona repasa su experiencia profesional en Garrigues, antes de incorporarse al despacho familiar: “Para mí era importante que, al menos al principio, me pagara alguien que no fuera mi padre, y por ese motivo me fui a Madrid. Me fichó una multinacional y estuve cinco años encantado, lo que pasa es que a mí me gusta decidir, estoy cómodo cuando lo hago y eso fue lo que me hizo cambiar de aires”. Ignacio explica que su incorporación a lo que hoy es Varona Legal & Numbers transformó la empresa: “Durante mucho tiempo nosotros estábamos cómodos con la dimensión de nuestro despacho. Pero llegó y nos convenció, y adaptamos la técnica y el orden del despacho grande con la cercanía, la confianza y la flexibilidad del pequeño. Ahora miro a mi alrededor y ni yo mismo me lo creo”.
Respecto a la posibilidad de dar el salto a Madrid, Federico niega la posibilidad: “tengo la suficiente satisfacción con mis clientes en la Comunidad valenciana… me haría vivir mucho peor y no sé qué me va a portar… hay que vivir y quitarse la corbata, que a mí me encanta subirme a la bici, tomarme una cerveza después e ir al mercado del Cabanyal a comprar pescado. tampoco quiero perder el poder ir el domingo a casa de mis padres a Godelleta”. También Ignacio resalta la importancia de desconectar y a eso le ayuda vivir en Godelleta, en el pueblo y su entorno disfruta del tiempo fuera del despacho, así como el ir y el venir: “En una profesión como ésta vives como un deportista de élite, donde tienes que guardar el descanso, cuidar la alimentación, llevar una vida ordenada. Y el que no lo haga no puede seguir. Porque aquí es fundamental mantener la calma”.