¿Cuáles son las competencias imprescindibles de los abogados del siglo XXI? Esa es la pregunta que ha respondido Ignacio Varona, socio director y responsable del área jurídica de Varona Asesores, en las II Jornadas Legaltech de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros. Su respuesta es que, por supuesto, no todo puede hacerlo un robot. Pero eso no significa que los abogados puedan trabajar actualmente de espaldas a la tecnología, sino todo lo contrario: han de esforzarse por usarla para mejorar en su trabajo y en el servicio al cliente.
Ignacio Varona ha destacado en su intervención que la adaptación a la tecnología es una de las habilidades imprescindibles para un abogado ya mismo. Las herramientas de Legaltech son una realidad ineludible y sirven de apoyo al ejercicio profesional. Y no solo en grandes despachos: obligatoriamente todos los abogados han de adaptarse a una nueva realidad, precisamente para evitar que los avances de la tecnología acaben por hacer prescindibles sus servicios.
Para Ignacio Varona, la falta de formación es la principal carencia para muchos abogados y ha puesto ejemplos de cómo en otros países se está avanzando en este sentido, mientras en España la enseñanza a los abogados obvia o ningunea el aprendizaje tecnológico. El dominio de idiomas, especialmente del inglés, es hoy también una prioridad profesional.
Para hablar de capacidades imprescindibles de los abogados, el socio director de Varona Asesores recurre a una palabra que no recoge (aún) el diccionario: inconforTmismo, con T. Un neologismo para hablar de la necesidad de salir de la zona de confort para alcanzar buenos resultados y mejorar. Para ilustrarlo, se ha proyectado un vídeo de Ricardo Ten, gerente de Compromiso Social Corporativo de Varona Asesores y medallista paralímpico. Su superación inconformista es el mejor ejemplo de cómo la voluntad de mejorar y marcarse nuevas metas es un camino hacia el éxito.
Como conclusión de esta intervención, Ignacio Varona animaa todos los abogados a esforzarse por hacer del robot un aliado. Esa es la mejor manera de poner la tecnología al servicio de la profesión y evitar que las máquinas sustituyan el trabajo humano.