Las tarjetas revolving son un tipo de tarjetas de crédito que permiten aplazar el pago de las compras. En lugar de pagar a mes vencido como en una tarjeta de crédito o al contado como en una tarjeta de débito, con las tarjetas revolving se pagan las compras a plazos aplicando intereses. Aunque tengan formato de tarjeta, se instrumentan como un crédito al consumo.
Pero, ¿por qué son usureras este tipo de tarjetas? La justicia ha determinado en numerosas ocasiones que este tipo de créditos son usureros porque los intereses a aplicar en una tarjeta revolving pueden incluso superar el 25% TAE.
En este sentido se ha pronunciado recientemente el Tribunal Supremo, considerando “usurero” un préstamo, concedido inicialmente al 26,82% TAE y que ascendió luego al 27,24% de interés, asociado a una tarjeta de Wizink que ofrecía un crédito revolving, que permite flexibilizar las disposiciones y reducir tanto las cuotas de la devolución que la deuda corre el riesgo de convertirse en perpetua.
El Pleno de la Sala Primera del Tribunal Supremo, aplicando la Ley de Represión de la Usura de 1908, desestimó el recurso interpuesto por Wizink Bank al entender que el coste impuesto al consumidor era excesivo, indicando además que la referencia para calibrar ese carácter usurario debe ser el tipo de interés medio aplicado a este segmento de crédito, en su caso el de las tarjetas, que según los datos del Banco de España rondan el 20% (el cual ya es demasiado elevado, según el alto tribunal).
Este fallo da oxígeno a los consumidores afectados que en su día pensaron que adquirían una simple tarjeta de crédito o pago aplazado, sin conocer realmente que el interés que iban a pagar por estos aplazamientos se consideraban usura.
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